19.9.07

El Borracho... con aire de tango







Es un cuadro de marioneta solista coreografiado sobre la base de un tango, llámese tabernero, la última curda, el encopado, etc. en donde un borracho ahoga sus penas dando tumbos por la vida.
Una manipulación depurada y una extrema sensibilidad provocan la ternura de un personaje típico de las calles porteñas.
Existió un compositor llamado Juan José Correia, autor de “Qué te pasa Bs. As.”, que paraba en la esquina de Emilio Lamarca y Camarones, con una estética muy similar a la de la marioneta.

Se puede adaptar como una rutina circular en donde el público va rotando, tanto para espacios abiertos o cerrados.
La escenografía se arma en una valija, no necesita retablo, en caso de representarse en una sala teatral sólo una luz puntual a la valija, ya que el títere mide unos 20 cm y otra luz un poco más abierta para el marionetista por que está expuesto, vestido igual que el personaje. No precisa gran espacio. El tiempo de armado es de 10 minutos y puede finalizar llevándose la escenografía dejando inmediatamente lugar disponible.

“Si la vemos cerrada, es poco probable que imaginemos que dentro de ella se despliega su mundo: la esquina, el farolito, la calle empedrada, y la botella de ginebra.
Un pequeño-gran universo vive en esa valija, que al abrirse se convierte en escenario al compás del dos por cuatro. Sin retablo de por medio, el borracho deja ver sus desventuras a quien quiera observar cómo se mueven los hilos de su nostalgia. Con su camisa verde a rayas, su pantalón negro y sus tiradores rojos durante todo el tiempo en que se desarrolla la rutina, Guillermo Bernasconi nos deslumbra con su habilidad y sobre todo con su sensibilidad, puesta aquí al servicio de este unipersonal que revive la técnica de la marioneta”.Revista CIUDAD ABIERTA. Diciembre 2000